Colaboración en la revista Whole Kitchen y cosas de comer

Una actualización rápida para deciros que ya podéis disfrutar del excelente nuevo número de la revista Whole Kitchen, que llega como siempre cargada de recetas estupendas y en la que podréis ver dos aportaciones de una humilde servidora. Dos recetas estupendas que estoy haciendo mucho este verano. La primera, unos langostinos aderezados con comino, pimentón y zumo de lima que son una propuesta sorprendente y muy rica, que no dejará indiferente a vuestros comensales. Además, son tan fáciles de hacer que no hay excusas para no probarlos, sobre todo si os gustan los sabores "exóticos".

La segunda receta, la aportación dulce, son unos cucuruchos de helado caseros para los cocineros más experimentados y para los noveles osados que no le tengan miedo a nada. La receta base es muy fácil de preparar pero sí es cierto que el horneado y enrollado de los cucuruchos requiere cierta pericia. Nada con lo que no podáis pero que necesita de algún que otro ensayo-error.

Os dejo la revista completa para que podáis disfrutarla como se merece. 

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Esta colaboración ha sido una experiencia increíble de la que he disfrutado muchísimo. Ha sido una suerte poder participar en un número tan precioso de una revista como esta, un sueño para todo blogger culinario. ¿No me digáis que no estáis enamorados de esa portada? Una maravilla.

En otro orden de cosas, nuestro huerto ya ha dado sus primeros frutos en condiciones. La verdad es que hace semanas que nos comimos las lechugas y que poco a poco vamos dando cuenta de las cebollas pero hay que decir que se quedaron tan pequeñas, tan pequeñas, que no merece la pena hablar de ellas. Por eso pasamos directamente a nuestra primera alegría huertil que llegó a nuestras vidas en forma de calabacín. 

Los orgullosos papas posan para los medios a la salida del huerto.

Sólo puedo decir que el tiempo que ha estado con nosotros nos ha hecho muy felices y que ha dejado en nuestras vidas una profunda huella, difícil de borrar. Ahora, cada vez que probemos un calabacín pensaremos en él  y será imposible no hacer comparaciones. Fue un calabacín estupendo que dormía todas las noches del tirón y no daba nada de guerra.

Honramos su sabor, su color y su textura con una deliciosa pizza casera de tomate, cebolla y un poquito de jamón que complentó a la perfección a nuestro pequeño gran calabacín. Recemos una oración por el eterno descanso de su alma.

Os dejo dos fotos del antes y el durante. Cuando era un tímido capullín y cuando se convirtió en una preciosa flor. Calabacín precioso, siempre tendrás un lugar en nuestros corazones, ¡te recordaremos siempre!