Recetas de cine: Tostadas Francesas al estilo 'Kramer contra Kramer'

Kramer contra Kramer (1979, Robert Benton) es una película protagonizada por Dustin Hoffan y Meryl Streep que arrasó en los Óscar de su año, llevándose nada más y nada menos que los premios de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor (Dustin Hoffman), Mejor Actriz Secundaria (Meryl Streep) y Mejor Guión Adaptado

Unos premios que ahora, 30 años después, algunos consideran exagerados y totalmente injustos porque aquel año, Kramer contra Kramer, competía con Apocalipsis Now, una película que el paso de los años ha demostrado ser mejor.

En fin, sea como sea, y a pesar de que me parece una gran película, lo que a mí me interesa de 'Kramer contra Kramer' es otra cosa. Póngamonos en antecedecentes. La película comienza cuando a Ted Kramer le ascienden en su trabajo como publicista en una agencia de Madison Avenue (Kramer es un Mad Men en toda regla) y al llegar a casa, emocionado por la noticia, descubre que  su mujer (Meryl Streep) tiene otros planes: dejarle plantado y abandonar el hogar familiar, harta de sus ausencias, su poco interés por las necesidades de ella y su poco interés por el hijo de ambos. 

La banda sonora es brutal 

Johanna Kramer sufre esa sensación de ahogo con la que tantas veces Hollywood gusta de retratar al ama de casa norteamericana (Carmela Soprano o Betty Drapper son otros grandes ejemplos). Incomoda en su papel exclusivo de madre y esposa, sufre la necesidad de salir corriendo y abandona a su marido y a su hijo pequeño, ante el asombro de su esposo, tan ensimismado y centrado en su fulgurante carrera que no había reparado en la infelicidad absoluta de su mujer.

Kramer se queda solo con su hijo y su trabajo, teniendo que hacer a partir de ahora maravillas para poder compatibilizar ambos. Y ahí es dónde comienza Kramer contra Kramer y ahí es dónde empiezo yo a cocinar. Porque justo después de que veamos cómo Ted Kramer se queda compuesto y sin novia, le vemos cocinar.

Es la mañana de un nuevo día y tiene que explicarle a su hijo que su madre ya no está y que a partir de ahora serán sólo él y él. El chiquillo que tiene 7 años, lo que quiere es que su madre le prepare unas tostadas francesas (French Toast) para desayunar, ocasión que director y guionista utilizan para demostrarnos la poca complicidad que hay entre ambos, el desconocimiento absoluto que el padre tiene del hijo y la separación total que había entre el Sr. Kramer y la vida cotidiana que se desarrollaba en su hogar.

Es tal la desorientación que siente el padre, que debe ser el hijo quién, sentado en la encimera de la cocina, deba guiarle por los armarios y la nevera explicándole cómo se hace una tostadas francesas. La operación resulta, como cabría esperar, un auténtico desastre. La leche se derrama, las tostadas no caben en la taza en la que el Sr. Kramer ha batido el huevo con la leche (a quién se le ocurre), se queman, el propio Kramer se quema y el niño desconsolado pregunta una y otra vez dónde esta su madre.

Podéis ver parte de la escena hacia el segundo 26 de este trailer, que está en inglés. 

La película continúa y cómo era de esperar, la relación entre ambos crece, se refuerzan los vínculos y consiguen desarrollar esa rutina magnífica que se vive en los hogares felices.

Al final de la película, en los últimos minutos, la escena del desayuno se repite. Ted Kramer prepara a su hijo unas tostadas francesas pero esta vez, se moverá por la cocina como pez en el agua, con movimientos casi coreografiados, absolutamente compenetrados padre e hijo, con una complicidad silenciosa que despierta la ternura del espectador.

Esta vez, las tostadas francesas son un éxito y el director utiliza este sencillo plato para demostrar cómo ha evolucionado y crecido la relación padre-hijo, cómo ahora ambos han pasado en unos meses del desastre y el desconocimiento a la compenetración y la necesidad mutua. Una delicia de película y una delicia de plato.

Receta de las Tostadas Francesas de Kramer contra Kramer para dos:
- 1 taza y media de leche
- 1 huevo
- Media cucharada de azúcar
- Una pizca o dos de canela
- 1 poco de mantequilla
- 4 rebanadas de pan de molde

Se bate el huevo y la leche, se añade el azúcar. Se pone en la sartén un poco de mantequilla y se pone al fuego. Se pasa el pan de molde, vuelta y vuelta por el huevo y la leche batidos. Es importante hacerlo rápido, no dejar que el pan empape demasiado, para que luego no se nos desmorone la tostada por exceso de humedad. Se fríen las tostadas en la sartén caliente, vuelta y vuelta.

Se espolvorea si se quiere con un poco más de azúcar y canela. Nosotros las comimos con un poco de miel. Ummmmmm