Canelones de calabaza

El otoño es mi época favorita del año para cocinar. Me entusiasma poder trabajar con ingredientes como la coliflor, el brócoli (brécol, si eres mi padre y estás leyendo este post), la col, las remolachas, las setas, las peras, manzanas, granadas... La emoción de tener el horno encendido a todas horas y un puchero en el fuego haciendo chup chup. ¡Ah! Si en verano estoy deseando que llegue el fin de semana para irme de terracitas, en otoño lo que de verdad quiero es encerrarme en la cocina! ¿Soy una rara? ¿Soy la única a la que le pone la coliflor? ¿Si? ¿No? ¿Estoy sola en esto? Más recetas de otoño.

En fin, que si lleváis un tiempo merodeando por aquí, sabréis de mi querencia por la reina del otoño, calabaza. Hubo un tiempo en el que cada vez que le decía a mi hermano que había publicado una receta nueva en el blog me decía: ¡Seguro que lleva calabaza! Tengo una verdadera obsesión con esta hortaliza. Me parece súper versátil y que además, por poco dinero, cunde muchísimo. 

De todas los post que he publicado con recetas con calabaza como ingrediente base, os recomiendo sobre todo el risotto falso de calabaza y la crema de calabaza con leche de coco, muy exótica ella y para chuparse los dedos los dos.

La receta de hoy es una vuelta más de tuerca más a esa obsesión por la calabaza. Unos canelones de calabaza que están para morirse de ricos. Qué sabor, qué textura, que dulcura... MA-RA-VI-LLO-SOS. 

Los soñé un viernes por la noche y el sábado me lancé al mercado como una loca a comprar todos los ingredientes. El invento salió riquísimo y casi nos comemos la bandeja de canelones de calabaza entera de una sentada. Son muy ligeros y nada pesados. Ideales para una comida de esas es la que tenéis que servir a un regimiento de amigos hambrientos o queréis hacer una receta diferente para los niños. Además, tiene un plus muy importante: aguantan la nevera y el tupper como campeones y al lunes, recalentados en el microondas yo diría que estaban incluso más ricos... It's a win-win situation! Aquí podéis ver más recetas de pasta.

Eso sí, aunque no son complicados de hacer, necesitaréis un par de horas para hacer estos canelones, sin contar los 40 minutos que tarda en asarse la calabaza en el horno. Aunque ese paso podéis prepararlo la noche anterior mientras veis el último capítulo de The Walking Dead tranquilamente en el sofá. O dejar preparada la fuente con antelación y sólo meterla en el horno en el último momento para que gratine. 

La próxima vez he pensado añadirle un poco de carne picada. Es una idea...

Canelones de calabaza

Ingredientes para 22 canelones. 

Relleno:

- 600 gr de calabaza asada (Alrededor de un kilo antes de asarla)

- 250 gr de bacon (yo usé panceta)

- 1 puerro hermoso

- 250 gr de ricotta (o requesón)

- 100 gr de parmesano rallado

- 2 huevos

- Aceite de oliva

- Pimienta

- Sal

- Nuez moscada

Para la Bechamel:

- 2 cucharadas de aceite de oliva

- 3 cucharadas rasas de harina

- 750 ml de leche

- Sal

- Nuez moscada

Asar calabaza. Cortamos la calabaza en trozos y la asamos a 180º en el horno, durante unos 40 minutos más o menos o hasta que podamos pinchar fácilmente con un cuchillo. Una vez templada, la pelamos y la hacemos puré. Reservamos. (Yo la asé el día anterior)

Hacer la bechamel. Mientras, podemos ir preparando la bechamel ligera. No tengo fotos. Es imposible dar vueltas sin parar a una bechamel, cuidar que no te queden grumos y que no se te queme y hacer fotos a la vez. ¡Lo siento!

En una cazuela alta, ponemos el aceite de oliva y cuando esté caliente, añadimos la harina. Damos vueltas con una cuchara de madera o con un batidor de mano, y añadimos poco a poco la leche, integrándola bien con la harina, hasta que la bechamel espese y ya no huela a harina cruda. Añadimos sal, nuez moscada y si os ape, un toque de pimienta blanca.

Si la bechamel no es lo vuestro y os sale con grumos, no hay que apurarse. Un truco para que no queden grumos en la bechamel es pasarle la batidora unos segundos. Aunque lo más importante es añadir la leche poco a poco (dicen que mejor fría), no dejar de remover y tener la cazuela o sartén a fuego medio-bajo. Y si no, siempre podéis comprarla ya hecha, pero no soy muy partidaria...

Una vez hecha la bechamel, la cubrimos con papel film transparente para que no se le forme la películita de rigor (con el film pegado a la bechamel) y reservamos.

Cocer los canelones. Cocéis los canelones en abundante agua salada según las instrucciones del paquete. Los escurrís, y los dejáis estirados sobre un trapo de cocina (ver foto más abajo) hasta que vayamos a rellenarlos.

Preparar el relleno. En una sartén, sin aceite, sofreímos el bacon, cortado en trozos. Cuando esté doradito, lo retiramos a un plato y reservamos. En la grasa que ha soltado el bacon, pochamos el puerro cortado menudo y un diente de ajo. Si hace falta, añadimos un poco de aceite de oliva. Cuando esté listo, unos cinco-diez minutos, añadimos el bacon (panceta en mi caso).

Añadimos el puré de calabaza a la sartén, mezclamos y sofreímos todo unos diez minutos, a fuego medio-alto. Salpimentamos.

En un bol, mezclamos la base del relleno, con el bacon, la ricotta (o requesón si no habéis encontrado ricotta), el queso parmesano y dos huevos. Y ya tenéis listo vuestro relleno. Yo me ayudé de mi último juguetito: esta amasadora Bosch. Aún no estamos conociendo pero espero poder hablaros de ella en unos días. La verdad es por el momento, estoy encantada. 

Montar los canelones. Cubrimos el fondo de una fuente apta para horno con un poco de la bechamel y unas nueces de mantequilla. Rellenamos los canelones, enrollamos y los vamos colocando en la fuente. Cubrimos con bechamel, queso rallado, trocitos de mantequilla (totalmente opcional) y gratinamos a 200º durante unos diez minutos o hasta que el queso esté dorado.