Pollo marinado con salsa de soja y miel

A veces, encontrar la respuesta a la frase ¿qué pongo yo hoy para comer? es tan fácil como abrir la nevera y mirar qué hay dentro.

El viernes, una pechuga de pollo solitaria esperaba en la nevera a que le metiera mano (culinariamente hablando, no os vayáis a pensar) desde hacía unos días. Y ya hacía tiempo que había leído por ahí, vaya usted a saber dónde, una marinada para pollo de miel y salsa de soja a la que también le tenía ganas. Dicho y hecho. He aquí el resultado. Una carne jugosa de fondo de nevera, con un sabor especial que no sabía ni a miel ni a soja, sino todo lo contrario. Un plato sorprendente muy ligero y fácil de hacer.

Unos nidos de pasta al huevo y un poco de brócoli congelado salteado en el wok con cebolleta fueron el acompañamiento perfecto. En honor a la verdad debo confesar que tras hacer la foto troceé la carne y la mezclé sin piedad con la pasta y el brócoli, pero bueno es casi lo mismo, ¿no? Un plato muy rico, ideal para llevar en tupper al trabajo. 

Pechuga de pollo marinada con soja y miel: 

 La proporción de ingredientes es la siguiente: 

Por cada pechuga de pollo, usar 2 cucharadas de salsa de soja y 3 cucharadas de miel

Se mezcla en un recipiente suficientemente grande para albergar la pechuga entera la soja con la miel. Se coloca dentro la pechuga y se deja marinar un par de horas, dándole la vuelta de vez en cuando. Yo le hice unos cortes a la carne para que penetrara mejor el sabor. 

Pasadas las dos horitas, se enciende el grill del horno a 200º, con la rejilla alta y se pone la carne encima sin escurrirle el marinado demasiado. En 15-20 minutos está hecho y merece la pena abrir el horno hacia la mitad y pintar la pechuga con la marinada que nos haya sobrado. 

El brócoli lo cociné al vapor 15 minutos y lo salteé en el wok con cebolleta cortada  en juliana y un par de cucharadas de salsa de soja. La pasta, cocida sin más. Más fácil, imposible así que no quiero quejas de los cocineros vagos que tengo por amigos que siempre me piden recetas fáciles. Eá, ¡ahí tenéis una!  ;-)