De cómo decorar el árbol de Navidad con naranjas

Admito que voy un poco justa con el tema de la decoración navideña porque es evidente que en tres días estamos totalmente sumergidos en ella pero es que tengo una cosilla que enseñaros.

Este año me apetecía muchísimo decorar el árbol de Navidad con adornos comestibles (había pensado galletitas o chucherías) pero como siempre, se me echó el tiempo encima y este fin de semana no tenía nada preparado. Tuve una idea express de esas que lees hace mil millones en algún blog (no recuerdo cuál y no he conseguido encontrar la entrada, sorry) y que se quedan esperando en algún rinconcillo de tu cerebro hasta que salta cuando menos te lo esperas. Así que este año, hemos decorado el árbol de Navidad con naranjas secas. ¡Y quedan preciosas! Me chifla el resultado.

Lo único que hice para secar las naranjas en el horno fue cortar dos naranjas hermosas en rodajas lo más finas posibles, secarlas un poco con papel de cocina y colocarlas tal que así en una bandeja. El papel de aluminio no es necesario, pero así se mancha menos.

Estás bellezas se pasaron dos horas en el horno a 150º-180º sudando la gota gorda. Es conveniente abrir la puerta del horno cada media hora para dejar que salga el vapor y contribuir con ello a un mejor proceso de secado. Tras esas dos horas, las naranjas deberían estar prácticamente secas. Y digo prácticamente porque a mí no me quedaron totalmente secas, e incluso temí que tendría que tirarlas después de unos días por ataque severo de moho, pero no, todo lo contrario. Terminaron de secarse en el árbol de Navidad y están preciosas.  

Después, y una vez que estuvieron frías, las atravesé con un hilo dorado y aguja, le hice un nudo y listo. Como las rodajas son tan finitas, la luces del árbol se ven a través de ella con un destellito naranja súperchulo. ¡Además huelen de maravilla! Un opción de decoración navideña low cost y DIY (do it yourself o hazlo tu mismo) que volveré a repetir el año que viene. 

Sí que tengo que confesar que tuve un pequeño percance con la temperatura del horno (¡qué raro!) y alguna de las rodajas que estaban al fondo de la bandeja se me churruscaron un poquito y tuve que tirarlas. Curiosamente, mi afición a decorar con naranjas me llevó hace unos meses a comprar un popurrí de rodajas secas de naranjas en CASA del que ya ni me acordaba. ¡Qué casualidad! Pude rescatarlas in extremis y rellenar con ellas los huequitos vacíos de las rodajas que había perecido chamuscadas en el horno.  Así que si os ha gustado la idea pero os da pereza el tema horno, podéis comprar un popurrí en CASA  si los siguen teniendo a la venta y ahorraros dos horas de gasto eléctrico.  Cualquiera de las opciones merece la pena. 

Como podéis ver, a mi perrito precioso le encanta el resultado! Espero que paséis las fiestas rodeados de vuestra familia y con una mesa llena de plato ricos, de esos que dejan la tripita llena de amor. ¡¡Feliz Navidad!!